Alma y vida del mueble
Convertir el mueble en una pieza singular, única, dotarle de personalidad es un proceso apasionante. Hay muebles que han vivido mucho, que han sido usados y piden a gritos adaptarse a los gustos cambiantes. Muchos ha sido directamente olvidados o maltratados, nos gusta recuperarlo para dotarlo de una nueva vida, con aire rejuvenecido pero manteniendo su alma... que se aprecie que tienen una historia que contar.
Pero también los muebles, que aunque sean nuevos, se personalicen, se tuneen o se "hackeen", cambiándoles partes o accesorios, colores, incorporándoles otros materiales.... haciéndole desaparecer su apariencia estandarizada y dándole un porte único.
Miramos el mueble más allá de su estado actual, por muy deteriorado que esté o anticuado que parezca y lo vemos no como está sino en lo que puede llegar a ser.
Vivimos con ellos su transformación, vemos qué nos dicen y en qué se va a reconvertir. Algunos han sido dado por deshauciados y piden a gritos un SOS, otros solamente un lavado de cara. Para ello necesitan de atención, después de muchos años de carencias y de cuidados . No nos deja de sorprender este proceso de cambio. Las posiblidades a veces son infinitas, pero la misión es siempre la misma: que vuelvan a gozar de un lugar privilegiado en la casa, una vez transformado el patito feo en cisne.
Y ya el mueble recogido, restaurado, reciclado y revivido puede gozar de una nueva existencia, será un mueble único, porque cada uno ha tenido su proceso particular de renovación y un gusto particular para su cambio; será el más antiguo pero a su vez será el más original, el más nuevo, y siempre el más personal.
